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Hábitos en el mundo de las Emergencias

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COACHING

Juan Pablo Sampó

3/16/20243 min leer

Hábitos en los Servicios de Emergencias: Claves para el Bienestar y Rendimiento

¿Qué son los hábitos?

Los hábitos son comportamientos que realizamos de manera automática, moldeando nuestras rutinas diarias. En el ámbito de los servicios de emergencias, como bomberos, policías, enfermeros y socorristas, los hábitos son fundamentales para gestionar situaciones de alto estrés y tomar decisiones rápidas. Desde la manera en que preparamos nuestro equipo hasta cómo respondemos ante una crisis, cada acción repetida se convierte en un hábito que influye en nuestra capacidad de reacción.

¿Por qué son esenciales para nuestras vidas?

Los hábitos son esenciales en las profesiones de emergencias porque aseguran la eficiencia y la seguridad. En situaciones donde el tiempo es crucial, los buenos hábitos permiten que el cuerpo y la mente actúen de manera automática, ahorrando segundos que pueden salvar vidas. Además, establecen un marco mental que reduce el desgaste emocional y el agotamiento, algo clave para quienes enfrentan situaciones críticas de manera constante.

¿Cómo están formados?

En entornos de emergencias, los hábitos se forman por la repetición constante de procedimientos y entrenamientos. La práctica regular de protocolos y la preparación frente a escenarios impredecibles fortalecen estos hábitos, lo que facilita una respuesta rápida y efectiva. Cada vez que enfrentamos una situación, repetimos ciertos comportamientos, y con el tiempo, estos se convierten en acciones instintivas.

¿Cómo funciona el bucle de hábitos (Señal, Rutina y Recompensa)?

El ciclo de hábitos comienza con una señal, que en el trabajo de emergencias puede ser una alarma, una llamada o una alerta. Esto activa una rutina, como ponerse el equipo, evaluar la situación o aplicar primeros auxilios. La recompensa varía, pero suele ser la satisfacción de haber hecho un buen trabajo, haber salvado una vida o haber controlado una situación peligrosa. Este ciclo fortalece los hábitos, permitiendo que el personal de emergencias responda rápidamente bajo presión.

¿Por qué es importante incorporar buenos hábitos?

Para quienes trabajan en emergencias, los buenos hábitos no solo aumentan la eficiencia operativa, sino que también protegen el bienestar mental y físico. Incorporar rutinas saludables, como hacer ejercicio, descansar adecuadamente y practicar técnicas de relajación, ayuda a combatir el estrés crónico y el desgaste emocional, algo habitual en estos trabajos. Un buen hábito de preparación física y mental permite que los profesionales de emergencias se mantengan fuertes y alertas.

¿Cómo podemos cambiar de hábitos?

Cambiar hábitos en este contexto requiere primero identificar patrones que no son productivos o que aumentan el riesgo de fatiga o errores. Por ejemplo, si existe la costumbre de saltarse descansos, es importante establecer una nueva rutina que priorice el descanso y la recuperación. Los cambios pequeños, como reservar tiempo para respirar profundamente o verificar el equipo dos veces antes de una intervención, pueden generar grandes mejoras en el rendimiento.

Técnica para el cambio de hábitos (tiempos aproximados que una acción se convierte en hábito)

El cambio de hábitos, especialmente en el ámbito de emergencias, requiere disciplina y repetición constante. Generalmente, se estima que un hábito nuevo puede tardar entre 21 y 66 días en consolidarse. La clave está en ser consistente y permitir que las pequeñas mejoras se conviertan en una segunda naturaleza, algo especialmente relevante para profesionales que necesitan respuestas rápidas y automáticas en situaciones críticas.

Seis preguntas claves que el lector debe hacerse para comprender si tiene buenos o malos hábitos.

1. ¿Este hábito mejora mi capacidad para reaccionar en una emergencia?

2. ¿Me ayuda a mantenerme mental y físicamente preparado?

3. ¿Este hábito afecta mi nivel de estrés o desgaste emocional?

4. ¿Me siento más seguro y eficiente en mi trabajo gracias a este hábito?

5. ¿Puedo adaptarme rápidamente a nuevas situaciones manteniendo este hábito?

6. ¿Este hábito está alineado con mis responsabilidades como profesional de primera línea?

Conclusión

En los servicios de emergencias, los hábitos determinan tanto la seguridad como la eficacia en el campo. Crear y mantener buenos hábitos es esencial no solo para salvar vidas, sino también para proteger la propia salud mental y física. Reconocer la importancia de estas rutinas ayuda a garantizar que cada acción sea precisa, rápida y efectiva.

Reflexión emotiva sobre el manejo de los hábitos.

El trabajo en emergencias es una batalla constante contra el tiempo y el caos. Pero dentro de este mundo frenético, los hábitos son nuestro ancla. Son esas pequeñas acciones automáticas que nos permiten seguir adelante, incluso cuando las circunstancias son abrumadoras. Cada hábito que desarrollamos es una herramienta que nos permite ser más efectivos, no solo como profesionales, sino como seres humanos. En cada llamada, en cada rescate, los hábitos que elegimos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.